Quiero compartir con los lectores cuál fue mi experiencia cuando tuve que abandonar Venezuela para venir a España, donde actualmente resido. Fue una sensación muy extraña, y más bien corporativa. Sentí como que si lo que estaba viviendo era un capítulo de la historia de la nación entera representada en mi. Intentaré explicarlo.
El motivo de mi salida de Venezuela fue la crisis económica que se sufre allá, la cual a su vez tiene que ver con la situación política. Mi esposa y yo decidimos probar suerte en España buscando un futuro mejor. Estábamos llenos de deudas, vivíamos con mi suegro, y no había esperanzas de que nuestros ingresos fuesen a aumentar. El paro petrolero del 2002 afectó gravemente mi negocio, y estaba muy desanimado. Mi esposa es descendiente de inmigrantes españoles de la guerra civil, así que ella tenía la nacionalidad española. Aprovechamos las ventajas de tal condición para obtener ayuda del gobierno español y tramitar mi residencia.
Sólo fue cuando hice el viaje, que experimenté esa sensación histórica de fracaso. Pensaba que mi viaje a España era una especie de retorno deshonroso. Estaba viajando a España, según lo veía, porque el proyecto de independencia venezolano había fracasado. Después de décadas de degradación política, el fin de la república había llegado con la llamada revolución bolivariana. Yo me decía a mí mismo: "y ahora, después de casi dos siglos de independencia, regreso a España, de donde salieron un día los españoles con la esperanza de una patria mejor, porque la independencia fracasó". El estado español se tenía que hacer nuevamente cargo de nosotros. Sentía vergüenza, humillación y frustración. Me preguntaba: "¿por qué todo ha terminado así?" Me puse entonces a buscar la respuesta a nuestro fracaso. Compartiré mis reflexiones al respecto en las próximas entradas.
lunes, 10 de diciembre de 2007
De Vuelta a la Madre Patria
Publicado por
Fe y Razón Libros
en
23:57
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