martes, 4 de diciembre de 2007

¿Qué implica que haya ganado el NO?

Muchos venezolanos estamos alegres porque se haya rechazado la propuesta de la reforma de la constitución en las últimas jornadas electorales. Sin embargo, debemos ser objetivos en cuanto a qué implica esta derrota para el proyecto de Chávez. Ponderemos fríamente lo que se ganó y lo que no se ganó, es decir, lo que no ha cambiado, para que podamos actuar en base a ello y tomar decisiones inteligentes.

¿Qué se ganó?

Se frenó en seco la ambición del actual mandatario de establecer un régimen antirrepublicano por vía constitucional. De modo que se impidió que se profundizara el gobierno dictatorial actual. Ahora está, hasta cierto punto, garantizado que en un futuro inmediato no se modificará la Constitución, y que el actual presidente tendrá que entregar el cargo a más tardar en 2013. Evidentemente que éstas son buenas noticias.

¿Qué es lo que no implica necesariamente este triunfo?

La muerte del proyecto socialista de Chávez, el cual continúa en el poder y goza de un apoyo popular significativo. Ya Chávez ha dicho que seguiría trabajando para implementar su modelo socialista de gobierno, y esto lo podría hacer por vía de ley habilitante, ya que no puede hacerlo por vía constitucional. Y aunque Chávez salga de la presidencia en 2013, si no antes, es muy probable que la persona que designe como su sucesor ganará las elecciones, y él pueda gobernar "a control remoto".

Lo que dicen los números

Analicemos un momento los números estadísticos que arrojó la última jornada electoral para entrar en foco. Según el CNE:

28,36 % de la población electoral votó por el NO.
27,55 % de la población votó por el Sí.
44,11 % se abstuvo de votar.

En primer lugar resulta claro que Chávez ya no cuenta con el apoyo popular que alguna vez tuvo. Sólo poco más de un cuarto de la población electoral está realmente comprometida con su proyecto. En segundo lugar vemos que ya el sector de la población que de alguna manera disiente de su proyecto es comparable al que le apoya, es decir, ya no son tan escuálidos, o quizá sea más apropiado decir que los escuálidos tuvieron refuerzo.

A pesar de las buenas noticias que representan estos números, no debemos ser demasiado optimistas. Imaginemos, basados en estos números, lo que ocurriría en un escenario electoral. El problema que tiene la oposición es que es un grupo muy heterogéneo que no tiene un líder común. Se dice que ganó el NO gracias a los chavistas, lo cual significa que la oposición es ahora aún más heterogénea, debido al componente "chavista" que se le unió para decirle NO a la reforma. Este sector chavista está representado por el general Baduel e Ismael García, por ejemplo. Pero, ¿cómo va a actuar este sector en caso de elecciones presidenciales? ¿Será que van a votar por un líder común de la oposición?

Quizás alguien señale al gran grupo que se abstuvo como la esperanza para un cambio de gobierno contundente. Este grupo encierra una incógnita, pero por lo menos podemos hacer una buena suposición de los elementos que lo componen, a saber: 1) aquellos que se identifican con la oposición y que atendieron al llamado de no votar, 2) chavistas que no están claros en cuanto a la conveniencia de la reforma contitucional o que la objetan pero que no querían unir sus votos a los de la oposición y 3) los indiferentes. Pienso que la heterogeneidad de este grupo hace incierta una esperanza en él.

Conclusión

Lo que concluimos entonces es que persite la crisis política que caracterizó a Venezuela en las últimas elecciones, a saber, no hay un líder político que represente una amenaza para Chávez en unas elecciones presidenciales, y, como dijimos, aunque Chávez no se pueda lanzar directamente, lo hará un subordinado, y Chávez controlará el poder en Venezuela cual Benemérito. Pensamos que la raíz de la crisis política venezolana consiste en una falta de educación republicana del pueblo y por lo tanto una solución contundente implica necesariamente un proyecto educativo a largo plazo. Los intelectuales venezolanos nos debemos organizar para instruir al pueblo, y ofrecer una formación republicana que los ciudadanos venezolanos puedan transmitir a sus hijos. A menos que el pueblo comprenda lo que es una república y la aprecie, a menos que cada ciudadano pueda ejercer sus derechos como un republicano consciente, en Venezuela no podrá haber una verdadera República.

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